jueves, 14 de octubre de 2010

Las 10 lecciones de liderazgo que deja sobre la superficie el rescate de los mineros

Desde expertos en Recursos Humanos y docentes de management hasta los especialistas en comunicación, todos coinciden en que la experiencia chilena fue un caso de éxito en el manejo de una crisis. Qué claves revela para los ejecutivos de empresas.

El mundo está pendiente hoy de uno de los rescates más difíciles, dramáticos y emotivos que se hayan vivido en los últimos tiempos.

Los 33 mineros chilenos atrapados a 700 metros de profundidad -y el equipo de rescate que trabaja desde la superficie- están protagonizando una gesta que, además de su valor humano, también hace un aporte sobre el liderazgo, el trabajo en equipo y la comunicación.
Es por eso que los expertos en management están entre los que más atención han puesto al seguimiento de este plan de salvataje: pocas cosas dejan tantas enseñanzas sobre la naturaleza humana y el comportamiento de los grupos como las situaciones extremas, esas que ponen en riesgo la propia vida.
Con la ayuda de gerentes de recursos humanos, docentes y expertos en comunicación, iProfesional.com elaboró el siguiente informe sobre las lecciones que ya está dejando el rescate de los mineros a la hora de enfrentar situaciones de crisis en las empresas.

DIEZ LECCIONES DE LIDERAZGO QUE SURGEN DE LA CRISIS DE LOS MINEROS
Ante una crisis, lo mejor es asumir la crisis en toda su gravedad. Entender que el tiempo es un factor clave y cambiar todas las prioridades que hagan falta.
La comunicación por parte de la jerarquía debe encontrar un equilibrio, ni agravar el desanimo ni generar expectativas infundadas sobre la facilidad para afrontar el problema.
La presencia de las autoridades en el medio del conflicto es una señal de compromiso que vale más que mil enunciados de principios.
El hecho de que exista una cultura de trabajo marcara una de las diferencias fundamentales para salir de la crisis.
El plan de contingencia debe plantearse metas a corto plazo, concretas y realizables.
La organización debe tener la suficiente flexibilidad  como para aceptar nuevos liderazgos  y la delegación de autoridad en temas específicos.
Todas las acciones deben estar en el marco de un plan que contenga un análisis de riesgo, de manera de no apurar procesos  cuando esto puede ser contraproducente.
Durante una eventualidad todos deben ocupar un rol tendiente al objetivo en común y nadie debe sentirse ajeno a esa tarea.
Escuchar una voz externa puede ser de ayuda,  aporta una visión más abarcativa que es imposible tener desde el centro del problema.
Hasta el peor desastre puede ser una oportunidad para recuperar la esperanza y la mística.

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